3. Estructuras especializadas
Líneas de tensión (líneas de Langer)
Son áreas de tensión en la piel creadas por estructuras de colágeno subyacentes. Su forma depende de la ubicación:
Miembros: en forma de espirales longitudinales.
Cuello y tronco: de forma transversal.
Codos, rodillas, tobillos y muñecas: su forma es paralela a los pliegues transversales que aparecen al flexionar los miembros.
En la dermis se deterioran con la edad y no son reemplazadas; por esta razón, la piel en los adultos mayores es arrugada y da un aspecto colgante ya que pierde su elasticidad.
Glándulas sudoríparas
Se encuentra en el tejido subcutáneo, atraviesa la dermis y epidermis hasta llegar a la superficie, es un conducto que funciona como mecanismo termorregulador para la pérdida de calor.
La evaporación de la secreción acuosa o sudor de las glándulas sudoríparas de la piel constituye un mecanismo termorregulador para la pérdida de calor (enfriamiento). En la pérdida o conservación del calor corporal intervienen asimismo las pequeñas arterias (arteriolas) en el interior de la dermis, que se dilatan para llenar los lechos capilares superficiales con el fin de irradiar calor (dando a la piel un aspecto rojo), o se contraen para reducir la pérdida de calor en la superficie de la piel (especialmente en los labios y las puntas de los dedos mostrando un aspecto azul).
Tejido subcutáneo
Capa profunda subyacente que consta de tejido conectivo laxo y grasa almacenada, contiene glándulas sudoríparas, vasos sanguíneos superficiales, vasos linfáticos y nervios cutáneos. Las estructuras vasculonerviosas discurren por este tejido y distribuyen sus ramas terminales en la piel. Constituye la mayor parte del depósito de grasa corporal, su espesor y distribución varía considerablemente según el sexo del individuo y su estado nutricional (en la mujer tiende a acumularse en las mamas y los muslos mientras que en el hombre se acumula en la parte baja de la pared abdominal).
Retináculos de la piel (ligamentos cutáneos)
Son bandas fibrosas que se extienden a través del tejido subcutáneo, unen la cara profunda de la dermis con la fascia profunda subyacente. Su longitud y densidad determinan el grado de movilidad de la piel sobre las estructuras profundas: cuando los retináculos cutáneos son más largos y escasos, la piel es más móvil (como ocurre en el dorso de la mano), mientras que cuando los retináculos son cortos y abundantes, la piel se halla firmemente unida a la fascia profunda subyacente (como ocurre en las palmas de las manos y las plantas de los pies).
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